THE CONTENDER, EL RETADOR

Siempre se los digo, es una realidad: “la vida no es fácil”, yo no soy fácil, las cosas no resultan, muchas veces, fáciles...

Y por todo esto, a veces, una se pelea con la gente. Las peleas, mayoritariamente, no surgen por algo realmente coherente. Te peleas, eso es todo, algo se genera, algo negativo. Entonces me peleé con ese ser humanoide tan igual a mi, tan destructor, tan hiriente.

Pero lo peor de una pelea no es la bronca, rabia o ira que en ese momento sentís. Lo peor siempre es “DONDE” te peleas. Ésta fue en la calle. La gente CHOCHA porque ama ver este tipo de “acontecimientos melodramáticos”. Entonces vas caminando con ese chico al que amas y odias en el mismo instante. Vas gritando, revoliando tus manos por los aires, como dando explicaciones gráficas pero al viento y poniendo tristísimas caras. O sea...vas haciendo PAPELONES por ahí!!! 60 cuadras de papelones, 70, 80, 90, cuantas???

Y cuando crees que todo está perdido (yo vengo a ofrecer mi corazón), cuando solo te gustaría dar la vuelta y no volverlo a ver nunca jamás, algo cambia, algo te hace clic.

Como toda novela de Migré: la calle, los gritos (pufff), el odio (con el faltante de la cachetada porque soy una persona, frente a todo, pacífica), termina teniendo un final feliz (ayyyyyyyyy). Pronto llegará el beso, la caricia, el “me gusta de vos...”, “estoy con vos porque...”, y la hora de preguntarte: ¿Por qué la pelea? Y reír...