miércoles, octubre 05, 2005

CON ABUELA

Luego de la ruptura, la superación y la vuelta de esas horripilantes noches de llanto, decidí irme a casa de mi abuela. Dicen que si alguien puede subir tu autoestima, decirte quién sos y abrazarte conteniendote es tu abuela, así que agarré mi bolso y allí me dirigí.

-Abuela/ So: nena! ¿Que te pasó? Mirate esa cara!
-Io: nada, solo dormí mal anoche. ¿Como están?
-So: dejate de pavadas! Decime YA que te pasó! (el tacto de la abuelita...)
-Io: (rompo en llanto) es que...es que...terminé mi relación con ese chico free que te dije que estaba.
-So: pero nena!¿Otra vez vamos a llorar por un hombre? Ahora pregunto, si fuiste vos la que lo dejaste ¿Por qué estas llorando así?
-Io: es que había planeado todo bien pero no se, creo que no me gusta la idea de estar sola, nuevamente.
-So: (mas lapidaria que nunca) la cosa es así nena: vos sos muy inteligente, lo que no tendrás de bonita lo tenés en la cabeza y eso a los hombres no les gusta. Lo que tenés que hacer es dejar de demostrar tu coeficiente todo el tiempo; hacete un poco la tontita. Yo utilicé esa técnica con tu abuelo, ahí está, ves?

Me mató, no digan. Si estaba deprimida ella logró que pensara y sufriera aún más. Hasta se atrevió a decirme que mi abuelo fue conquistado con una mentirita! Una nieta no tiene por qué saber éstas intimidades, insanas, de sus abuelos. Lo mismo que cuando comienzan a hablar de SU sexo, no hay derecho!
Pero, aunque no haya resuelto nada, la visita a casa de mi abuela no fue en vano. Venía comiéndome alfajores y demás cosas ricas y altas en carbohidratos pero allí....ni que hablar. Y tomar unos buenos mates con tus abuelitos, escuchando las peleas rutinarias, hablando por teléfono con toda la familia y deliberando, “los campanelli”, qué será de mí no está tan mal (bien, lo que se dice bien tampoco. Es medio enfermo...)

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