lunes, octubre 03, 2005

MI PROPIA TRAMPA

Cada vez que terminamos una relación aparece una parte desconocida, inexplorada de nosotras mismas (ojala no hubiera arribado jamás! Que horror!), una extraña dicotomía en nuestro interior (bien adentro!).
La dicotomía que se apodera de nosotras en esos momentos tan terribles consta de dos componentes (estas palabras difíciles son de la Gor, obvio):

*VICTIMIZACIÓN: Si, aunque nosotras lo hayamos dejado, nos sentimos víctimas (pobre de mi!!!), como la pobre chica de las novelas que siempre miramos (como Andrea del Boca con el Corcho). Encima el destino se une a esta guerra de planetas de tu carta astral y pone de novia a todas tus amigas, así que PEOR!!! "Quién me aguanta ahora??? TODAS tienen novio, TODAS están contentas, TODAS están lindas, flacas (si, mezclamos todo además) TODAS salen esta noche, son felices, MENOS YO! Yo me quedo sola en mi casa, me pongo lo peor que encuentro (es ropa vieja con la que ya no salgo a la calle), me reviento los granos de la cara y devoro alfajores (chocolates, la torta del cumpleaños que pasó hace un mes, etc, etc, etc) hasta altas horas de la madrugada mientras veo la peor de las películas románticas. Esas con Julia besando a todos los carilindos de Hollywood (maldita perra!)... Me convenzo de que estoy bien. Quiero creer que eso es la libertad absoluta, y mientras ingiero el tercer alfajor triple me acuerdo de las barbaridades que él me hizo, de las cosas que le soporté, y como y como, y sonrío pensando que ya está; que ya es PASADO.
Esto es lo que estoy padeciendo en este mismito momento. Manuel es historia y todas están contentísimas (mamá, la abuela, las amistades, todos).
Pero cuando termino el alfajor, el panorama es diferente: siento que engordé 10 kilos, que me salieron aún más granos, me acuerdo de que mis amigas NO están solas, y rompo en llanto, porque él era un idiota, pero me quería (?¿). Él decía que me quedaban bien los granos (?¿), los kilos de más (¿?)... Yo a él le gustaba, y él a mí... POR QUÉ CARAJO LO DEJÉ????"

Ahí tenemos dos caminos: o marcamos su número en el teléfono (Nunca hagas esto por dios!!!), o nos la aguantamos, dándole lugar así al segundo elemento de la dicotomía...

*SUPERACIÓN: la existencia de este componente no está comprobada en un 100% de los casos (en mi caso y en el de la Gor tampoco!), sin embargo crece cada vez más entre las afectadas.
Salgo con mi flamante y pobre sueldo pero sin preocuparme de expensas, alquileres, comida, cine, nada!. Me compro todo lo que me gusta ¿Por qué semejante barbaridad? SEÑORES! ME LO MEREZCO!!!
La superada sabe que está sola pero intenta no pensarlo, no analizar su reciente ruptura. Ella solo pulula por bares fashion, boliches que aún siguen abiertos en la Buenos Aires nocturna que nos hemos sabido dejar y se resiste a creer que nadie volverá con ella a casa.
La superación es una etapa que viene dos o tres días inmediatos a la separación. Dura lo que un aleteo de caballo y pronto se vuelve al estado de pañuelos descartables, canciones que te llevan al punto del suicidio, ideas del tipo “nadie volverá a fijarse en mi”, “nunca más encontraré a un hombre como él” y demás taradeses.

Lo que me lleva, lamentablemente, a reafirmar el concejo de la abuela: tiempo al tiempo. Porque aunque Manuel no era el tipo, aunque esa relación nunca surtió efecto, aunque no me movía ni el flequillo mal cortado que obtuve en mi vendita cabeza, lo quería ¿Por qué? Porque a veces el miedo a la soledad, al jamás poder sentirse querida, al creer que el problema solo está en una pesa, y como...

BY GOR & ANETA