M LO HIZO...
Esta semana fue muy difícil.
El lunes mi teléfono de línea murió, el proveedor de internet dejó de brindarme su servicio y para colmo cuando llamé para quejarme habló de los hackers japoneses que parece te entran a las pcs y te las hacen pelotita… Yo entiendo que trabajar en un call center debe ser una de las peores cosas que te suceden en la vida pero de verdad todo tienen un límite. Entre los “no” de Telefónica + los “hackers malditos” (miráte la de Ortega otro día…encima venís con retraso) una se exalta, no queda otra. La semana anterior ya había tenido que lidiar con el Banco Río y sus empleados de “Atención al cliente”: “por favor señorita, no necesita gritar para comunicarse”, ojalá no fuese necesario pero este inepto me dice que no cuando aún no expuse mi pedido!. ¡Es una cargada! Yo de tanto indignarme con el “país que nos legaron” terminaré con una úlcera que finalmente me matará porque si caigo en un hospital seguro no hay turnos ni médicos ni camas ni quirófanos…
¿A quién teníamos que agradecerle todos estos males?
Aún recuerdo a mi padre gritándole al televisor cada vez que Menem decía algo. Tenía razón pobre hombre. O quizás el tipo de la despensa, que recién llegó de New York y no deja de decirme que debería de irme cuanto antes no esté tan errado… Ojalá si…
El lunes mi teléfono de línea murió, el proveedor de internet dejó de brindarme su servicio y para colmo cuando llamé para quejarme habló de los hackers japoneses que parece te entran a las pcs y te las hacen pelotita… Yo entiendo que trabajar en un call center debe ser una de las peores cosas que te suceden en la vida pero de verdad todo tienen un límite. Entre los “no” de Telefónica + los “hackers malditos” (miráte la de Ortega otro día…encima venís con retraso) una se exalta, no queda otra. La semana anterior ya había tenido que lidiar con el Banco Río y sus empleados de “Atención al cliente”: “por favor señorita, no necesita gritar para comunicarse”, ojalá no fuese necesario pero este inepto me dice que no cuando aún no expuse mi pedido!. ¡Es una cargada! Yo de tanto indignarme con el “país que nos legaron” terminaré con una úlcera que finalmente me matará porque si caigo en un hospital seguro no hay turnos ni médicos ni camas ni quirófanos…
¿A quién teníamos que agradecerle todos estos males?
Aún recuerdo a mi padre gritándole al televisor cada vez que Menem decía algo. Tenía razón pobre hombre. O quizás el tipo de la despensa, que recién llegó de New York y no deja de decirme que debería de irme cuanto antes no esté tan errado… Ojalá si…
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