lunes, septiembre 18, 2006


Un problema que se me dio desde muy chiquita. Las preguntas se me suceden y no a todos les caen tan bien como uno esperaría.
Últimamente coincido con amigos, vecinos, parejas que cuentan historias pero a todas les termina faltando algo. Una de esas incertidumbres que quedan después de todo cuentito y ahí viene la famosa pregunta. Ciertas veces estas cuestiones caen mal y aunque uno no comprenda el por qué del mal estar debe quedarse con la duda.
Mis intereses suelen o bien ser sorprendentes para algunos o bien imposibilitados de respuesta para otros.
Pero aun es la situación cuando uno hace re-preguntas a su pareja. El ama contar que “ELLA” hacia tal cosa y yo, como toda mujer que se aprecie de tal, sigo indagando tanto que logro llegar a mi propio hartazgo: “Basta, no quiero saber más!”. Una ridícula.
Así solemos ser ciertas personas y jamás podría decir que esto es parte de mi profesión. Nací así y espero que alguien aprecie mis dichas.

3 comentarios:

Maurus dijo...

Creo que el problema es la falta de costumbre frente a cualquier pregunta...

GER dijo...

Y porque naciste así? =P

(yo tambien soy preguntón)

beso

ANETA dijo...

Maurus: Coincido totalmente! Saludos y gracias por pasar.
Ger: Volviste! Nací así porque mamá me deseó:P. Viva los preguntones. Algún día seremos comprendidos...
Saludos y gracias!