DIEZ AÑOS DESPUÉS...

Volver a aquellos lugares donde uno se crió y ver a esos “amigos de toda la vida” hace que los recuerdos no terminen de fluir. Estamos más grandes, tenemos otras responsabilidades, pensamos en otras cosas: cosas de “grandes” y vivimos de otra manera. Pero también sucedieron millares de acontecimientos durante estos diez años de separación: crecimos, trabajamos, vivimos solos, tuvimos novios, amantes, peleas, reconciliaciones...
Flor, ella, mi amiga de toda la vida, con la que compartí mates y más mates, chocolates, películas y preciosas charlas. Pasé varios años sin poder encontrar a una amiga como ella. Descontracturada, con prejuicios típicos pero no inquisidores, con facilidad atípica para escuchar y dar respuestas, para sorprender... Esta vez ella estaba viviendo con su novio, trabajando, cocinando y lavando. En el medio de tanta cosa me “atendió”. “Flor, te veo tan linda, tan “mujer”. Yo no me siento así”.
Vive con su novio tal y como les comenté. Un chico “divino”: simpáticos, amigable, sociable, reidor. Entre chocolate y helado se pusieron serios, ambos, la pareja. Me contaron sus planes, sus vivencias, cómo estaban en la convivencia que tanto asusta. Hablamos de la “edad” y las cosas que comenzas a pensar a partir de los 25 o más. Yo les hablé de mi vida, de lo que estaba haciendo, de lo que pensaba hacer, de mis ideas para distintas cosas... Pero pronto comprendí todo.
-Estamos pensando en la vida, en lo que se viene. Estamos pensando en las edades que convienen para tener hijos, en nuestras ganas de crecer
-Estoy pensando en no tenerlos, en no concretar varias cosas, casi les diría que no estoy pensando en nada...
Salí de la cena, caminé unas diez cuadras y llegué al “32”. Sonaban temas de Sabina, los tocaban y cantaban muy mal, después vinieron Queen, Cacho Castaña y una variedad de artistas que, mezclados, daban un aspecto horripilante. Ahí estaba él, siempre con un fernet en la mano.
-Nena! Siempre estás igual!
-Si, me voy a pedir una cerveza, los tragos me dan dolor de cabeza por la mañana...

Siempre igual, me quedé con esa frase. No tenia ganas de analizarla.
Me contó sobre su noviazgo de 8 meses seguidos, que estaba bien, que trabajaba y hasta le habían aumentado el sueldo, que estaba pensando en varias cosas.
-Quizás deba comprar un terrenito o algún departamento de un ambiente
-Ah! Re bien!
-Si, en realidad me encantaría irme a Cuba, antes de la muerte de Fidel (todos dicen lo mismo...) o a México. Pero creo que estaría bien crecer y hacer las cosas bien, o sea...comprarme el terrenito...

Pasé por un kiosco, no tenia cigarrillos. Es que me pusieron nerviosa y me agarró “la chimenea”.
Solo me restaban tres cuadras para llegar a “La Colina”, el boliche de la adolescencia, así que pensé en esas dos personas que intentaron enseñarme a poner la mente en blanco...quizás no pensar está bien, por ahí está bueno no tener ganas de crecer tan rápido. No sé...algunos vemos la vida de otra manera pero no por eso juzgamos a los “maduros”.
Al otro día volví a Buenos Aires, todo estaba igual. Traté de recuperarme y no reflexionar sobre mis compañeros de viaje. Pronto espero verlos. Después de todo con ellos compartí algunas cosas sumamente importantes. La vida nos habrá llevado por distintos caminos...
Y una llamada a la Gor siempre viene bien.