miércoles, enero 10, 2007

Remando al viento

Acabo de llegar a Puerto Madryn. Obviamente no es época de ballenas y el viento despeina hasta a los pelados. Prefiero no quedarme mucho por aquí, a medida que uno va bajando (Sur) todo se va poniendo más caro y las comodidades, irónicamente, van siendo menores.
La camioneta está decidida a traer algunos problemas. Luego de Carhué pinché una goma y hasta que encontré gomerías abiertas debí de ser asistida por tres hombres a lo largo de la carretera.
La gente de campo es rara, amable aunque poco habladora y algo discriminadora con la gente de ciudad. Y es que cuando logramos salir de la “gran city porteña” comenzamos a identificar las diferentes costumbres, formas de vida, etc.
Las gomerías y talleres mecánicos son un capítulo aparte. Estaba acostumbrada a Omar, “mi hombre de Palermo”, pero el camino demostró que ciertos personajes pueden caer simpáticos hasta con tu peor humor. Chalo, Carlos y Juco han sido tan amables y colaboradores que jamás tendré como agradecerles. No tuve que pagar ningún arreglo ya que ellos me creyeron “una joven sensible” y solo decidimos, en dos de los casos, contribuirnos con compañía, buenos mates y largas charlas con manos engrasadas.
Por suerte solo me faltan 200 km. para encontrarme con Fran. Supuestamente este viaje nos ayudará a pensar, juntos, qué será de nuestra vida juntos…

3 comentarios:

Faco dijo...

Ah, de esa mano venía el viaje... cuánto más interesante. Preguntaría dónde termina, pero mejor enterarme por ésta vía.

Lo de la discriminación en el Sur es relativa... Lo único a que me recuerda es a un grupo de amigos donde uno es de El Bolsón, y el mutuo intercambio de "porteños garca"'s y "pueblerino puto"'s XD.

ANETA dijo...

Solo una forma de decir...las diferencias y nada más.
Soy del "interior" así que jamás me "autodiscriminaria". Besos

N/D dijo...

Disfrutá mucho del aire puro y el viento y el calor y todo...

Besos a Fran y miles para vos, write to me, I need to know!